Mis papas :
Martha Alvarez y Edgar Gloria
Mi madrina:
Ana Laura Alvarez
No podemos más que maravillarnos ante el paso del tiempo y recordar cómo se convirtió en la bella, valiente y compasiva mujer que es hoy. Desde el momento en que vino al mundo, nuestras vidas se iluminaron con su sonrisa. Cada paso que dio, cada logro alcanzado y cada dificultad superada, nos llenaron de admiración y orgullo. Nuestra hija siempre ha abrazado la vida con entusiasmo y determinación, dejando su huella en el corazón de todos los que la rodean. Hoy, al alcanzar sus 15 años de vida, nos encontramos mágicamente transportados a ese día en el que la abrazamos por primera vez. Nos sentimos agradecidos por cada momento compartido, cada risa compartida y cada lágrima enjugada. Ariatna nos ha enseñado el verdadero significado de la familia, el amor incondicional y la fortaleza para enfrentar cualquier desafío que la vida nos presente.
A lo largo de estos años, cada deseo y sueño de Ariatna ha sido nuestro propósito. Hemos visto cómo ha crecido y madurado, siempre manteniendo su ternura y bondad innatas. Sus valores, su carácter y su creatividad la convierten en una persona única y especial, capaz de irradiar luz y amor a su alrededor.